viernes, 12 de diciembre de 2014

Búsqueda de información (V)



Dollberg, D. y Keren, M. (2013). Correlates of Change in Postinstitutionalized Infant’s Sustained Social Withdrawal Behavior Following Adoption. Infant Mental Health Journal, 34(6): 574–585.

Correlatos de Cambio en aislamiento social sostenido de niños que fueron institucionalizados, tras la adopción.

El Aislamiento social se caracteriza por una falta de respuesta tanto positiva como negativa a estímulos que debería elicitar este tipo de respuestas. Este tipo de comportamiento se puede considerar un continuo, que va desde una tendencia de respuesta en contextos concretos hasta conductas generalizadas que pueden llegar a estar relacionadas con alguna patología. Estas conductas, en sus distintos niveles, se pueden dar en especial en niños que se encuentran institucionalizados a la espera de una adopción, debido a la escasa estimulación y la deprivación percibida en el entorno (Dollberg y Keren 2013).

En un estudio realizado por Dollberg y Keren (2013) en relación a los niveles de aislamiento social sostenido, con una muestra de 40 madres adoptivas y sus respectivos niños a adoptar, encontraron que:

A mayores niveles de depresión en las madres adoptivas durante el periodo de espera  menor reducción del aislamiento social sostenido de los niños adoptados.

Un estado mental seguro en las madres adoptivas, frente a mujeres con un estado mental inseguro, predice una mayor reducción del aislamiento social sostenido.

En contra de lo que podría esperarse, las expectativas maternas de competencia y autoeficacia justo después de la llegada del niño adoptado, se asociaba negativamente con cambios en el aislamiento social sostenido, es decir, a mayores expectativas de autoeficacia de las madres un mes después de la adopción, menor reducción del aislamiento social sostenido en los niños.

Se intervino tanto de forma normal o usual, de preparación con las madres como de forma preventiva, basada en el apego y en ambos casos se disminuyó significativamente el aislamiento social sostenido desde el primer mes al sexto mes tras la adopción. Todo parece indicar que en este caso lo importante es que los padres adoptivos se sientan acompañados y apoyados para algunos profesionales, en especial, tras la adopción.


Por último se encontró que los cambios en el aislamiento social sostenido no se relacionan con características sociodemográficas del niño como edad en la adopción, género,  nivel de desarrollo o temperamento. Esto contrasta con lo encontrado anteriormente de forma que parece que lo determinante no sean las características de los niños adoptados si no las características de las madres adoptivas.



“La primera te da una necesidad de amor, la segunda está ahí para proporcionártelo”

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